Hay veces en que los detalles más pequeños se convierten en el mejor punto de partida para una gran idea. Eso es precisamente lo que ha hecho Cabreiroá, sí, con tilde en la Á, en su última campaña firmada por la agencia creativa Imaxe.
Bajo una premisa tan sencilla como efectiva, que muchos escriben mal el nombre de la marca, olvidando la tilde final, Cabreiroá ha lanzado una acción de comunicación tan irreverente como brillante. ¿El mensaje? Nunca corrijas a una marca sobre cómo se escribe su propio nombre. Podría tomárselo con humor. O peor: con creatividad.
Con este tono provocador y divertido, la campaña despliega un conjunto de piezas digitales, incluido un spot principal y una serie de reels por entregas, en los que una tilde cobra vida como personaje y protagoniza situaciones absurdas, cómicas e inesperadas. Un auténtico curso acelerado (y absurdo) sobre cómo decir correctamente Cabreiroá.
Lejos de tomarse la corrección como una ofensa, la marca responde con ingenio, convirtiendo lo que podría haber sido una simple anécdota ortográfica en una potente acción de branding. Y lo hace sin necesidad de grandes artificios, pero con una ejecución impecable y una personalidad muy definida.
Una tilde con carácter
La campaña no solo reivindica la forma correcta del nombre de la marca; también se apoya en ese pequeño acento como símbolo de identidad. En tiempos de automatización, IA y posicionamientos cada vez más genéricos, Cabreiroá decide plantarse con algo tan humano como una tilde: con humor, con intención y con mucha autenticidad.
“Gracias Cabreiroá, con tilde en la Á”
Así termina la campaña: con una dedicatoria sencilla pero cargada de complicidad entre agencia y anunciante. Porque lo que podía haber sido una corrección sin más, se transforma en una oportunidad para conectar con el público, reforzar la imagen de marca y, de paso, provocar una sonrisa.
Una tilde. Solo una tilde. Pero qué bien puesta.