El cartel del Festival Atlántica corre a cargo del estudio compostelano Ekinocio

Desde hace 8 años, Atlántica (Festival Internacional de Narración Oral) inunda Galicia de historias para todas las edades. Una iniciativa que cuenta con una programación extensa que se prolonga durante más de una semana con actuaciones de numerosos contadores y contadoras en distintos espacios como teatros, auditorios, centros educativos, bibliotecas, centros cívicos y bares.

Este año el festival solo pudo ser inaugurado y tuvo que cancelar toda su programación, pero en su canal de YouTube siguen contándonos un montón de historias porque «O conto non para».

 

Ekinocio firma la imagen de Atlántica

Las responsables de su imagen y del diseño de las múltiples piezas gráficas que se generan para la comunicación y difusión de este evento son Irene y Raquel, del estudio compostelano Ekinocio. A lo largo de los años han ido conformando su paisaje atlántico, un imaginario propio lleno de personajes, criaturas y elementos relacionados con el mar o las costas gallegas.

En esta última edición, la dirección del festival quiso unirse a la conmemoración de los 500 años de la primera vuelta al mundo y las creativas eligieron una rosa de los vientos para representar esta larga travesía. Si hay algo que hace que la identidad de Atlántica sea reconocible para todos es su reducida gama cromática, que funciona, más aún que el estilo gráfico de los diseños, como elemento de unidad visual. Sus dos azules, el rojo y el blanco se extienden a la web, redes sociales, merchandising, banderolas y demás soportes de comunicación.

Diseños en ediciones anteriores

Desde el faro que iluminó la primera cartelería convirtiéndose en su emblema, pasando por el mundo de las fantasías evocado por una sirena, un pescador en una dorna, un pulpo, una pareja de afanados redeiros, o aquel submarino que nos recordaba la visita de Verne y también al genial inventor Sanjurjo Badía, hasta las mariscadoras faenando en homenaje al mítico cuadro de Luis Seoane y a todas aquellas mujeres que traen el fruto del mar a nuestras mesas.

Originalidad

Es un proyecto en el que las diseñadoras siempre han gozado de libertad creativa y que ha visto crecer en complejidad su estrategia de comunicación según se incrementaban cada año las sedes, fechas y volumen de actuaciones del festival. Este evento que partió de un sueño de su directora, Soledad Felloza, junto con otros compañeros de profesión, se ha consolidado como una de las citas de la narración oral más relevantes de la Península, gracias en parte a su esfuerzo por profesionalizar el sector y a considerar su imagen y comunicación como pieza clave de la organización del festival.

Campaña de Ekinocio para «Alba de Gloria»

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El Consello da Cultura Galega conmemora el 70 aniversario de ‘Alba de Gloria’ de Castelao con una muestra sobre esta emblemática pieza de oratoria en gallego. Se trata de su último discurso, pronunciado el 25 de julio de 1948 ante la colectividad gallega de Buenos Aires (Argentina). El eje central del recorrido expositivo por la Iglesia de San Domingos de Bonaval es una experiencia de realidad virtual en la que se puede interactuar brevemente con Castelao y sumergirse en fragmentos del universo que relata. Una emotiva recreación sonora, varias proyecciones y diverso material documental nos sitúan en el contexto de aquel histórico momento, aproximándonos a las emociones del autor en sus últimos años de vida.

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La gráfica de la muestra fue diseñada por el estudio compostelano ekinocio. Para el logotipo se inspiraron en elementos de las características letras que dibujaba Castelao y las tipografías que derivan de ellas, además de la propia arquitectura de la Iglesia. Un grafismo que integra entre sus letras los identificadores de las distintas partes de la exposición, reforzando la idea de experiencia que constituye esta relectura contemporánea del discurso. En los paneles y lonas, el blanco y azul comunes a las banderas de Galicia y Argentina contrastan con una gama de marrones que se mimetizan con la piedra y los colores del lugar.

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Tras el mosaico de la Galicia Ideal, que muestra ejemplos de la activa producción cultural gallega que se desarrolló en la Argentina de la época, y la emocional Sala de las Palabras; líneas curvas, tramas de bosque y siluetas nos conducen por el sinuoso laberinto de la Santa Compaña de Inmortales que Castelao describió en la pieza. 65 figuras fundamentales en la historia de Galicia conforman un recorrido cronológico que va desde Prisciliano, Exeria, Pardo de Cela o los Irmandiños hasta Rosalía, Pondal, Vicetto, Concepción Arenal o Valle-Inclán. Una comitiva de personajes definidos estéticamente por los 12 modelados en 3D por Pablo Aparicio, de PAR (Arqueología y Patrimonio Virtual), que se completó en ekinocio con el diseño de los restantes. El conjunto está recogido en un póster sobre la muestra que se llevarán los visitantes al final, después de votar su propia candidatura para engrosar la lista de esta particular Santa Compaña.

Desde el estudio destacan lo emocionante que fue profundizar en las distintas partes del discurso para vestir el esqueleto expositivo que Manuel Gago, comisario de la muestra, les trasladó y sobre todo, el reto de diseñar para un espacio tan significativo como esta Iglesia que alberga el Panteón de Galegos Ilustres y la propia tumba de Castelao. Además, comentan lo enriquecedor que fue trabajar junto a profesionales de otras empresas del sector como Escenoset, Tesec, Primate o Axeitos y todo el equipo de documentación del Consello. Un proyecto en el que convive la interactividad de las nuevas tecnologías con soportes más convencionales y que está dirigido a un público amplio y diverso.

Hasta el 3 de febrero tendremos la oportunidad de conocer a un Castelao más reflexivo si cabe, en su etapa final, e igualmente optimista y esperanzador en su legado.

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Entrevista: Raquel Boo e Irene García – Ekinocio

Irene García y Raquel Boo son el corazón del Estudio Ekinocio que estos días cumple 7 años. Ellas mismas nos cuentan lo que han supuesto estos años de trayectoria profesional.

Ekinocio Raquel Boo e Irene García

¿Cómo resumiríais estos 7 años?

La palabra que mejor define la trayectoria es “aprendizaje”. Hemos aprendido a ver, a analizar, a conceptualizar, a diseñar, a expresar, a comunicar y a soñar. Y seguimos aprendiendo con cada proyecto, es lo más estimulante de este tipo de profesión.

¿Cómo nace Ekinocio?

Como casi todas las iniciativas autónomas, nace de querer hacer las cosas como uno cree que se deben hacer y de la ilusión de trabajar en aquello que le apasiona con total libertad. Después de cuatro años en el mundo de la comunicación, una en Compostela y la otra en Barcelona, decidimos que era la hora de aunar esfuerzos e intentarlo, porque con 25 años teníamos la energía necesaria y nada que perder.

¿De donde salió el nombre de Ekinocio?

Hablamos por primera vez del proyecto a finales de marzo y se fue gestando en los meses siguientes, hasta que se hizo realidad a finales de septiembre. Es decir, entre el equinoccio de primavera y el de otoño. Nos gustó la idea de que en esa fecha señalada, el día y la noche durasen lo mismo; simboliza lo que aportamos cada una a este proyecto, el mismo esfuerzo y las mismas ganas, una especie de equilibrio, un todo con dos mitades.

¿Os habéis especializado en alguna actividad en concreto?

No fue algo planeado, pero hemos ido adquiriendo tablas en la creación de imágenes corporativas y a día de hoy es lo que más hacemos y quizá también lo que más nos gusta. Dotar de identidad al proyecto de un tercero, darle forma y color, transmitirle valores… ver crecer y materializarse algo en lo que otra persona cree contagia ilusión.

¿Qué os diferencia con otros estudios?

Pensamos que existen más semejanzas que diferencias. Conocemos de cerca muchos estudios pequeños de Compostela como el nuestro, y vemos que detrás de cada trabajo que realizan hay mucho esfuerzo y talento, mucha creatividad. Estamos estableciendo redes de colaboración y sinergias con otros profesionales del sector, lo que nos permite ser más competentes, ofrecer a los clientes un servicio mejor y abordar proyectos de mayor envergadura. Creemos que no se trata de diferenciarse y competir, sino de colaborar y mejorar.

Uno de vuestros principios básicos es el trato con el cliente.

Una de las cosas que hemos aprendido durante este tiempo es que para que un trabajo salga redondo es necesario trabajar con el cliente, no para él. La comunicación entre las dos partes ha de ser fluída para trabajar de manera cómoda; es fundamental la confianza mutua. Si ellos nos hacen partícipes de sus negocios, proyectos o iniciativas, debemos responder haciéndoles partícipes del proceso creativo, involucrándonos todos de la misma manera, el resultado es más satisfactorio.

Es difícil de explicar, pero muchas veces necesitamos conocer si nuestro cliente ha tenido un buen día, si le duele la cabeza o a qué lugar se va a ir de vacaciones; para saber cómo transmitirle una idea. Sabemos que muchos profesionales del sector prefieren otro tipo de relación con el cliente, pero a nosotros nos funciona esta, queremos conocer a la persona que hay detrás del cliente.

Vuestro trabajo más destacado ha sido el de Pecados, ¿contarnos la experiencia?

Este quizá sea uno de los mejores ejemplos de lo que comentábamos antes. Suso quería abrir una tienda de golosinas distinta a las demás. Conocía bien el sector y el producto, pero no se impuso, sino que debatió con nosotras durante bastante tiempo la idea de negocio, públicos objetivos, estrategias de venta, etc.

Le propusimos el naming, la imagen y el packaging inicial; con estas premisas conocimos a los interioristas, con los que también trabajamos codo con codo para desarrollar un proyecto con muchos detalles y cosas hechas a medida. Formamos un equipo de trabajo que se completó con los proveedores de vinilos, bolsas, pegatinas, botes y cajas, etc.

Cuando llegó el momento de lanzar las primeras campañas estábamos tan compenetrados que todos íbamos en la misma dirección. Fue una experiencia laboral increíble, aún lo es hoy. Suso tiene su tienda y nosotras tenemos un lugar donde nos sentimos como en casa, en el que se nos escucha y se nos permite hacer pequeñas locuras, por lo que siempre estaremos agradecidas.

Pero no es el único caso de “cliente ideal” o “proyecto soñado”, trabajamos igual de cómodas con todos los que confían en nosotras: Mistelánea, Gaia dos Nenos, Bodeus, Ultramarinos, Intanxibles, GES…

Participáis en el CafeDTurno que se celebra todos los meses en Santiago, contarnos un poco la iniciativa y cómo ha evolucionado en estos años.

Es una reunión informal de personas que desarrollan profesiones creativas. Nos vemos el tercer jueves de cada mes para compartir experiencias, intercambiar conocimientos, socializar con personas afines e incluso plantear proyectos conjuntos.

El perfil profesional de las personas que acuden es muy diverso, sin embargo el personal suele ser similar, personas con ganas de compartir. Una de las últimas iniciativas es la creación de un banco de tiempo mediante el que intercambiamos horas de dedicación a algún proyecto concreto. Por ejemplo, se han intercambiado ya fotografías de estudio, la maquetación de una pequeña web, ayuda con un plan de medios, traducciones de textos, elaboración de un 3D, etc.

Hemos hecho muchas cosas en los dos años y medio que lleva funcionando, desde minicursos de diseño 3D o consejos de Photoshop, hasta charlas de cine o cartelismo, pasando por divertidos concursos de pinchos, carteles, chapas o logos. Se ha convertido en una cita ineludible para muchos de nosotros.

Compartís oficina con otros profesionales, ¿cómo está siendo esta experiencia de coworking?

Es una consecuencia del mismo CafeDTurno. En una de las reuniones conocimos a Pablo Dávila, que era un profesional autónomo que desarrollaba su actividad principalmente desde casa. Cuando nos pusimos a hablar de las ventajas y los inconvenientes de esto surgió la idea de compartir el espacio en el que trabajábamos. A Víctor Souto le pasaba algo parecido, necesitaba un lugar donde poder reunirse con los clientes en Santiago. Acordamos probarlo durante un tiempo y hasta hoy. Casi hace un año de esto y es una de las mejores cosas que nos han pasado como empresa. Nos asesoramos, contrastamos opiniones… incluso hemos hecho proyectos en grupo. Es estupendo, hace el trabajo más ameno y enriquecedor. El coworking es una experiencia que recomendamos a otras empresas.